En el tranquilidad de nuestra espíritu, podemos encontrar la paz. Cuando nos abrimos al dejar fluir, podemos sentir la presencia de Dios. Él siempre está aquí, guiándonos, listo a escuchar nuestras peticiones. No importa la magnitud tu aflicción, Dios comprende con amor y bondad. {Confía|aceptar la voluntad en su amor. {Medita|reflexiona s